La Confederación Intersindical advierte a la CEOE que esta crisis no la pueden pagar las trabajadoras y trabajadores.
A raíz del acuerdo, firmado por PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu para derogar la reforma laboral de 2012, muchos detalles nos han resultado sorprendentes, o tal vez no lo son tanto.
Ciertamente a la Confederación Intersindical nos ha sorprendido la precipitación y el ámbito en el cual se ha llegado al acuerdo, así como la inequívoca contundencia del texto; en cualquier caso, bienvenido sea, porque es necesario poner límites a la flexibilización del mercado laboral derivada de la reforma laboral de 2012, un cambio legislativo que tan negativo ha sido por la ocupación y la calidad de las condiciones laborales de las trabajadoras y los trabajadores.
También nos ha sorprendido o, quizás, no tanto, que el PSOE tardara pocas horas en rectificar o matizar el contenido del acuerdo, cosa que no preocupa excesivamente, porque se entiende más como un intento para ganar tiempo para articular el diálogo social con la CEOE y algunos sindicatos, que no como una marcha atrás en la determinación de derogar la reforma laboral ante las declaraciones de la patronal; puesto que es uno de los puntos del acuerdo de legislatura subscrito por el PSOE y Unidas Podemos; y lo que está escrito, escrito queda.
No obstante, estas «observaciones», queremos hacer dos reflexiones. La primera es que, cuando se habla de derogación «íntegra» de la reforma laboral de 2012, es por economía de recursos, puesto que es más fácil derogar y recuperar aquello que sea positivo (si es que lo hay), que no intentar modificarla con una enmienda a la totalidad. Y la segunda, es que podemos entender las prevenciones ante la inmediatez; pero, quedo claro que los plazos son cortos, porque las medidas extraordinarias de protección a las trabajadoras y los trabajadores a causa de la COVID-19 son esto, extraordinarias, y lo que realmente hacen falta son medidas permanentes, antes de que la crisis económica y laboral se manifieste con toda su plenitud una vez se agoten las primeras.
Por último, no nos ha sorprendido nada la reacción de la CEOE y la CEPYME manifestando claramente su oposición a la derogación de la reforma laboral, sobre todo, porque ya hace un tiempo que reclaman una mayor flexibilización, más aún, de las relaciones laborales para salir de la crisis.
Ante este posicionamiento de la patronal, hay que recordarle que esta crisis no es como la de 2008, la coyuntura que la provoca no es la misma que la anterior, pero no sabemos cómo de limitada en el tiempo será. Siendo optimistas, podemos suponer que todo empezará a cambiar cuando se normalice la actividad productiva y se restauren los canales habituales de distribución y comercialización. Pero también sabemos que ya tenemos muchos sectores con dificultades estructurales y necrosis” financiera sobrevenida, por lo que, de momento, la solución a sus problemas pasa por hacer uso de los fondos de financiación de 100.000 millones avalados por el Estado, así como otras ayudas institucionales, que todavía faltan, y no debieran «echar mano” de las recetas de 2008. A no ser que la verdadera razón sea ganar más privilegios y poder sobre las trabajadoras y trabajadores con la excusa de la COVID-19.
Desde la Confederación Intersindical no vamos a decir ni a la CEOEÉ, ni a la CEPYME como tienen que hacer para reactivar sus empresas; pero sí que les decimos que no será, una vez más, a expensas de la clase trabajadora, facilitando el despido, rebajando salarios y precarizando las condiciones laborales.
La Confederación Intersindical ha exigido a los partidos políticos, en cada contienda electoral, lo que consideramos irrenunciable: revertir las privatizaciones en sanidad, educación y otros servicios públicos, revitalizando y dignificando los mismos, derogar las reformas laborales de 2010 y 2012, e inmediatamente después tendríamos que hablar de las pensiones, así como las leyes que recortan derechos.
Es la hora que las empresarias y empresarios asuman su responsabilidad social y contribuyan solidariamente a la superación de la crisis.
Secretariado de la Confederación Intersindical | 23 de mayo de 2020