
Declaración de Abdulá Ocalan, dirigente del movimiento kurdo encarcelado desde 1999 en Imrali
El día 27 de febrero de 2025 se convertirá en una fecha histórica para el movimiento kurdo. En esa fecha, al igual que ocurrió en el año 2013 se abrió otro proceso de negociaciones políticas precedido por una enorme expectación que resultó frustrada al coincidir esta iniciativa con los momentos más duros de la guerra civil en Siria, la expansión del Estado Islámico (ISIS) hacia la parte kurda de Rojava y la batalla de Kobane.
En esta ocasión las expectativas están siendo muy elevadas, sobre todo entre la población kurda. ¿quién no aspira a poner fin a un proceso político marcado por la violencia que ha causado la muerte de miles de personas a lo largo de décadas?
Los días venideros nos dirán lo fundamentado o no de estas expectativas. Desde la Confederación Intersindical hemos acompañado al pueblo kurdo durante todos estos años. Hemos denunciado los atropellos de la república de Turquía y nos implicamos en la campaña mundial para poner fin al aislamiento brutal de Ocalan en la isla prisión de Imrali.
Saludamos este paso y deseamos que se resuelvan de forma favorable las aspiraciones populares. Sabemos que el pueblo kurdo conoce el desarrollo de procesos similares en otras latitudes y, por ello, sabrá sacar las lecciones que corresponden para estos momentos complejos.
Viva la solidaridad entre los pueblos
Texto de la declaración de Abdulá Ocalan
Llamamiento a la paz y a una sociedad democrática
El PKK nació en el siglo XX -el más intenso siglo de violencia de la historia- en medio de las condiciones creadas por dos guerras mundiales, la Guerra Fría, la supresión de las libertades y, sobre todo, la negación de la identidad kurda.
En términos de teoría, programa, estrategia y táctica, estuvo profundamente influido por la realidad del siglo del sistema del socialismo real. Sin embargo, el colapso del socialismo real en la década de 1990 debido a razones internas, junto con la disolución de las políticas de negación de la identidad en el país y los avances en la libertad de expresión, llevaron al PKK a un estado de falta de sentido y repetición excesiva.
En consecuencia, al igual que otros movimientos similares, ha cumplido su ciclo vital, lo que hace necesaria su disolución.
A lo largo de una historia que abarca más de 1.000 años, turcos y kurdos han mantenido una alianza -basada en gran medida en la cooperación voluntaria- para preservar su coexistencia y resistir a las potencias hegemónicas.
Los últimos 200 años de modernidad capitalista han pretendido desmantelar esta alianza. Las fuerzas afectadas, alineadas con los intereses de clase, han servido principalmente a este objetivo. Este proceso se aceleró con las interpretaciones asimilacionistas de la República. Hoy, nuestro deber esencial es reorganizar esta frágil relación histórica en un espíritu de fraternidad, sin despreciar las convicciones.
La aparición y el apoyo generalizado al PKK -el levantamiento y movimiento armado más largo y completo de la historia de la República- fueron consecuencia del cierre de los canales políticos democráticos.
El resultado inevitable de una trayectoria ultranacionalista -como las demandas de un Estado-nación separado, federalismo, autonomía administrativa o soluciones culturalistas- no da respuesta a la sociología social histórica.
El respeto de las identidades, el derecho a la libre expresión y la capacidad de organizarse democráticamente -permitiendo a cada segmento de la sociedad dar forma a sus propias estructuras socioeconómicas y políticas- sólo pueden hacerse realidad mediante la existencia de una sociedad y un espacio político democráticos.
El segundo siglo de la República (turca) sólo puede alcanzar una continuidad duradera y fraternal si está coronado por la democracia. No hay camino fuera de la democracia para la construcción e implementación del sistema. No puede haber otro camino. La reconciliación democrática es el método fundamental.
El lenguaje de esta era de paz y sociedad democrática también debe desarrollarse de acuerdo con la realidad.
A la luz de la atmósfera actual conformada por el llamamiento hecho por el Sr. Devlet Bahçeli, la voluntad expresada por el Sr. Presidente y los acercamientos positivos de otros partidos políticos hacia este llamamiento, hago un llamamiento al desarme y asumo su responsabilidad histórica.
Al igual que haría de manera voluntaria toda organización y partido contemporáneo cuya existencia no haya terminado por la fuerza, reúna a su congreso y tome la decisión de integrarse con el Estado y la sociedad: todos los grupos deben deponer las armas, y el PKK debe disolverse.
Saludo a todos los sectores de la sociedad que creen en la coexistencia y atienden a mi llamamiento.
25 de febrero de 2025
Abdullah Öcalan
Nota adicional del Sr. Öcalan transmitida a través de la Delegación de İmralı:
«Sin duda, la deposición de las armas y la disolución del PKK requieren en la práctica el reconocimiento de una política democrática y un marco legal.»
comunicado_27feb