Reforma laboral de 2021: No era eso, compañeras, compañeros, no era eso.
Vicent Maurí i Genovés. Activista social
@VicentMauri
Hace unos días escuché la canción “Companys, no és això” de Lluís Llach, en su concierto del Debate Constituyente en el Palau Sant Jordi de Barcelona; una canción que, en ese momento, asocié a las últimas actuaciones del gobierno español en materia laboral (reforma laboral, reforma de las pensiones, salarios, SMI, IMV) y otras iniciativas en materia de seguridad ciudadana, educación o vivienda.
Sí. No era eso por el que luchamos durante tanto de tiempo. No era eso por lo que hicimos tres huelgas generales (2010 y 2012) y numerosas huelgas y conflictos sectoriales. No era eso por lo que organizamos Actius contra la Crisi, Totes Juntes, las Marchas de la Dignidad, No + Precariedad, Caminant por la Igualtat o el Plan de Choque Social. No era eso por el que llenamos las carreteras, las calles y las plazas en numerosas ocasiones o por lo que luchamos y trabajamos muchas personas y muchos colectivos sociales, sindicales y de todo tipo. Lo hicimos para recuperar los derechos que nos arrebataron por la aplicación de las políticas neoliberales. Fuimos valientes. No quisimos esperar ni nos paramos. Lo hicimos por dignidad y para defender los intereses de nuestra clase y de nuestra gente, de nuestro pueblo, de la gente más desfavorecida, de las clases subalternas que cantaba Raimon.
No, no era eso por lo que mostramos nuestra confianza, nuestra ilusión por la firmeza mostrada en determinados dirigentes políticos cuando dijeron: «Derogaremos la reforma laboral a pesar de todas las resistencias». Es por eso que algunas personas, colectivos y sindicatos estamos decepcionados por la reforma de las pensiones del ministro Escrivà, por los incumplimientos electorales y de los pactos parlamentarios, por la falta de valentía y decisión en muchos asuntos relacionados con el mundo laboral como la reforma laboral del 2021, recientemente pactada por la CEOE, dos sindicatos y el gobierno español, que cuenta con el apoyo explícito de FAES, la fundación ultraderechista presidida por el expresidente José María Aznar.
Es por eso que algunas personas, colectivos y sindicatos estamos decepcionados por la reforma de las pensiones del ministro Escrivà, por los incumplimientos electorales y de los pactos parlamentarios, por la falta de valentía y decisión en muchos asuntos relacionados con el mundo laboral como la reforma laboral del 2021, recientemente pactada por la CEOE, dos sindicatos y el gobierno español, que cuenta con el apoyo explícito de FAES, la fundación ultraderechista presidida por el expresidente José María Aznar.
Se ha dicho que derogar era solo una cuestión semántica, pero no es cierto. Era mucho más, una reivindicación que unificaba e ilusionaba el movimiento sindical de clase y una mayoría social que la defendía como un elemento clave para avanzar hacia la transformación social. Por el contrario, nos hemos encontrado con una reforma laboral que contiene algunos avances –nadie lo niega–, aun así mantiene intactos el actual modelo de relaciones laborales y los mecanismos de flexibilidad interna de las empresas. Sí, es así a pesar de la sobreactuación y las valoraciones exageradas. Pero si volvemos a la semántica, lo veremos todo mucho más claro: modificar significa, como dice el Diccionari Normatiu Valencià, «cambiar (alguna cosa) sin alterarla en profundidad». Efectivamente, derogar no es modificar, ni semántica ni políticamente.
(…) podéis emperraros en decirnos que ha sido un «acuerdo histórico» cuando es contradictorio declarar al mismo tiempo que «no había mayoría parlamentaria ni social para avanzar más» o «no había una movilización social que permitiera ir más lejos»
Y sí, compañeras, compañeros, podéis emperraros en decirnos que ha sido un «acuerdo histórico» cuando es contradictorio declarar al mismo tiempo que «no había mayoría parlamentaria ni social para avanzar más» o «no había una movilización social que permitiera ir más lejos». No, compañeras y compañeros, una parte importante de los sectores sociales más movilizados en los últimos años consideramos que se está ante una nueva ocasión perdida para desmontar el esqueleto de las reformas laborales de 2010 y 2012 y las reformas de las pensiones de 2011 y 2013 y que hay que ir más allá de la recuperación de los derechos perdidos y conquistar nuevos.
Ahora bien, todavía tenemos una ventana abierta para poder avanzar, para acabar con las reformas laborales hace poco mencionadas, la tramitación parlamentaria del Real decreto ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el trabajo y la transformación del mercado laboral. Es la última ocasión en esta legislatura para poder hacerlo. Los grupos parlamentarios del Congreso tienen una buena ocasión para mostrar su coherencia, su firmeza en la defensa de los derechos de la clase trabajadora y para escuchar la voz del sindicalismo de clase transformador, de las plataformas de trabajadoras y trabajadores combativos, del movimiento de pensionistas y de muchas personas que reclamamos la derogación total de unas normas legales que tanto de mal han hecho, están haciendo, a las trabajadoras y trabajadores y a nuestra sociedad. Por todo esto, compañeras y compañeros, quizás hay que ser valientes otra vez para ir, todas y todos juntos, más lejos.